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El Marketing de la Felicidad o como encapsular la felicidad en pildoritas azules

Que la felicidad vende lo sabemos todos. Que cuanto más felices creemos que somos menos percibimos las desigualdades y los atropellos, también. Y que Coca-Cola ha sabido hacer de esto un negocio, está claro.
Pero de un tiempo a esta parte el modelo de Coca-Cola, basado en lo que actualmente se conoce como el Marketing de la Felicidad, ha conseguido llegar a todas las estructuras sociales y empresariales.

Tanto agencias como empresas han tardado, pero se han dado cuenta que a quien tienen que vender y ganarse es al consumidor final. Da igual si tu producto es el más novedoso del mercado, que tenga la última tecnología o cuente con un diseño único. Si no haces feliz a tus usuarios olvídate del éxito. Si no consigues lo que Steve Jobs consiguió con un simple teléfono, tu producto se diluirá entre los muchos existentes en el mercado.

La clave es… ¿cómo producir la felicidad en masa? El Marketing de la Felicidad no es más que un tipo de estrategia que busca ante todo generar una asociación positiva y de bienestar al consumir determinados productos y servicios. Busca generar y crear una sensación de que somos felices sólo y exclusivamente cuando consumimos un determinado artículo o una determinada marca.

Coca-Cola, en su afán de seguir siendo el que maneje las cuerdas en este tipo de estrategia, ha adaptado toda su comunicación y estrategia empresarial a buscar la felicidad de sus clientes y lo lleva al extremo en todas sus campañas.

No sólo ha creado un Instituto Coca-Cola de la Felicidad sino que sus últimas campañas buscan más que nunca llegar a esa parte sentimental del consumidor, asociando su bebida a momentos familiares y divertidos, como pueden ser las comidas en familia o las reuniones entre amigos. Su campaña de máquinas de vending que, nunca mejor dicho, repartían felicidad junto con una lata de 33cl ha sido un éxito rotundo.


Pero no nos creamos que generar esto es fácil. Hacer felices a los consumidores requiere de una empatía que gran parte de las empresas no tienen o no saben generar. Debes de ser capaz de sentir exactamente como tus usuarios y saber comunicar ese sentimiento de manera convincente y directa al corazón. Son muchos los recursos que se pueden usar para conseguirlo, -sobre todo cuanto más conozcas a tus clientes-, pero hay cinco puntos clave que tienes que tener en cuenta si quieres intentar subirte al carro del Marketing de la Felicidad.

  • Imágenes positivas. Provocar recuerdos y sentimientos de satisfacción a través de las imágenes ha sido y será uno de los mejores recursos en la publicidad. Todos recordamos con una sonrisa el corderito de Norit que nos hacía pensar en mamá o la niña sonriente y albina de los anuncios de Johnson& Johnson.
  • Resolución. Tus clientes deben de saber que estás ahí para lo que necesiten y cuando lo necesiten. Un servicio de atención al cliente cuidado y proactivo hará tus usuarios mucho más fieles. Y un cliente fiel es el mayor tesoro.
  • Humor. El humor vende, eso lo sabemos todos. Tal y como están las cosas hacer reír a tus clientes es lo mejor que puedes hacer por ellos. Mixta ha sido el rey estos últimos años en este tipo de estrategia. El surrealismo gratuito y sus campañas, como la del Pato Willix, han sido durante mucho tiempo la revelación de la publicidad. Eso sí, todos saben quiénes son pero yo todavía no he visto a nadie bebiendo una Mixta…
  • Empatía. Crea una relación con tus usuarios. En un mundo de redes sociales tienes mil y un canales para establecer una relación directa con tus clientes. El buen rollo se lleva y el tú a tú también. Las empresas ya no quieren ustedes y relaciones patriarcales, sino que buscan ser un amigo más, alguien de referencia en quien confiar y apoyarse.
  • Mix media. Existen más canales que el online y no todo es televisión. Sorprende a tus clientes con acciones directas y divertidas, que les arranquen una sonrisa de la boca. Las acciones más efectivas no suponen gastos excesivos y una buena acción de guerrilla puede llevarte a lo más alto.

Y funciona. Lo juro que funciona. Coca-Cola, Apple, Starbucks… han conseguido que solo se hable de sus campañas, de su actitud para con sus clientes, de su gran servicio y autenticidad. Solo importa que le hagan feliz a uno y como está la cosa, eso ya es más que suficiente
.
Sólo hace falta tiempo, esfuerzo y una buena estrategia. Hacer que tus consumidores alcancen un estado semipermanente de bienestar está en tu mano. Entrégales lo que esperan y necesitan sin que lo digan, adelántate a sus necesidades más ocultas y fidelízalos.

Se una marca feliz y tus clientes serán clientes felices. Hazles sentir como niños otra vez, arráncales una sonrisa tonta. Hazles creer que forman parte de algo grande, de una comunidad, de una familia. Ayúdales a escapar de su rutina y de la miseria diaria. Pídeles ayuda y consejo. Tú sólo vives por y para ellos, no para ganar dinero.

Vende felicidad en pildoritas azules y siéntate a esperar. Está todo servido en la mesa para el Marketing de la Felicidad.

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